Se ha dicho que la Biblia es la biografía de la humanidad. Si esto es así, entonces vale la pena la dificultad y el tiempo que se gaste estudiando la vida de los Apóstoles. Cuando nos familiarizamos con los apóstoles, todos ellos , conocemos no únicamente a hombres que llegaron a ser grades sino algunos de los hombres más grandes del mundo, a pesar de la oscuridad de sus antecedentes biográficos. El Dr.J.D. Jones afirma que entre los nacidos de mujer no ha habido mayores que aquellos hombres de la causa de Dios, entre ellos los doce apóstoles y mensajeros. Cuando nos asociamos con los apóstoles, nos asociamos con los mejores, y es sencillamente imposible para nosotros asociarnos y amistarnos con Pedro, Santiago, Juan, Andrés, etc., y no recibir algún beneficio de ellos, no recibir el mismo sentir y sensación de celo, devoción y entrega, amor sacrificial el cual ha grabado sus nombres en el fundamento de la Nueva Jerusalén y les ha dado entrada a los tronos judiciales sobre las doce tribus de Israel.
Al abordar el hecho y las características de la elección de nuestro Señor de los doce apóstoles, una verdad evidente que debe ser subrayada es que El los llamó a seguirlo, no por lo que ellos eran en sí cuando El los llamó por primera vez, sino por lo que en bajo su tutoría, y por Su poder, ellos se convertirían.
Jesús vio más allá del duro y tosco mármol. Cristo podía y puede ver con sus ojos divinos más allá del hombre mortal que está frente a El en lo que El los puede convertir. Cuado Jesús comenzó Su ministerio y cuando eligió a los doce, El tenía una manera visionaria de ver y pensar las cosas.
Estudio: 2
