sábado, 3 de septiembre de 2011

Simón Pedro - El apóstol de piedra.

Escritura: "Y yo también te digo, que tú eres Simón, hijo de Jonás, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y ati te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatasdo en los cielo" Mateo 16:18-19

 Pedro - ¿Quién fue él?

 La pregunta más importante que cualquier patrón se hace antes de hacer una decisión de emplear a una persona es - ¿Qué tiene esta persona sin refinar que pueda hacer una diferencia a mi y a mi compañía? Un patrón sabio no verá totalmente en las cualidades del sujeto, sino que decidirá basado en lo que la persona contestará a las preguntas que tenga el patrón. Cristo al eligir a sus discípulos miró más que cualquier patrón sabio puede esperar ver. Cristo miró al hombre como era y tambien su corazón antes de tomar en consideración el "currículum o aplicación ".

Pedro era un hombre cuyo carácter era muy impulsivo. Comforme vamos descubriendo, Jesús miró en Pedro, "un hombre con gran ambición de ascender, lo cual si se la daban los objetivos y propósitos apropiados lo llevarían lejos". Un hombre que no descansaría al principio sino que seguiría hasta la perfección. Es verdad Pedro tenía sus faltas, pues era un humano bien hecho, pero los fracasos y los trinufos son piedra estilo escalera por medio de las cuales él alcanzó nuevas alturas. Es por esto que la facinante historia de Pedro es tan alentadora para muchos que tratan de escalar a cosas más altas y mejores.  
Si combinamos lo que dice la Escrituras, la tradición y la leyenda tenemos que decir de Simón Pedro, tomaría un cuadro muy grande para hacer una pintura de la vida de esta sobresaliente figura entre los apóstoles. Del transfondo de tan dominante personalidad, sabemos muy poco. Todos los Evangelios nos dicen acerca de Pedro es que era hijo de Jonás y un nativo del pequeño pueblo de Betsaida, en las orillas del mar Galilea, un pueblo donde Jesús en muchas ocasiones enseñaba. Aunque lo conocemos como Pedro, su nombre original era Simón. Era llamado Simón Barjonás, pues Bar significa "hijo" y Jonás, "Juan". En inglés sería Simón Johnson (en español hijo de Juan).
Juan 1:44   dice asi: Y Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y Pedro.

La hora de la decisión.
Ambos nombres, Simeón y Simón son del hebreo Shimeon, que significa  "escuchar". Simeón fue un nombre muy común durante la Edad Media, y otra vez en la era de la Reforma, pero ahora no es muy común. Simón, una forma mejor conocida del antiguo Simeón en español, fue muy popular en la Edad Media, por el tanto reconocimiento del Apóstol Simón Pedro en ese periodo. Después de la Reforma, por causa del énfasis del Catolisismo Romano de que Pedro fue el primer Papa, el nombre Simón pasó de moda, pero gradualmente fue regresando.
Cuando Andrés trajo a su hermano a Jesús, Jesús lo saludó con un saludo  extraño, "Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir Pedro) [piedra]." Juan 1:42. Tenemos tres nombres: Simón, hebreo; Cefas, arameo o siriaco; y Pedro un nombre descriptivo griego con el cual nosotros conocemos mejor al Apóstol, "el hombre de piedra".
Vemos que este nombre extraño de Pedro [piedra] parecía un nombre incorrecto para un hombre tan inestable como Simón antes que él Maestro y Alfarero le pusieran las manos encima. Pero la gracia divina lo transformó "al hombre piedra". Nacido Simón y bajo la supervición del Maestro que lo eligió y el Espíritu Santo que vino a controlarlo, el "nombre dado" fue justificado, y Pedro llegó haser una piedra - fuerte, de carácter firme, donde alguien podía descansar. Una piedra escogida por el Edificador, para ser puesta sobre la Roca y edificar allí; sin enbargo tenía ciertas durezas, que no se podian fácilmente derretir.
Acostumbrado como estaba a la vida libre de un pascador, Pedro debió haber sacrificado mucho cuando aceptó el control y la disciplina necesaria para ser uno de los discípulos de Cristo. Algo de placer y la comodidad que él dejó atras se puede detectar en su pregunta, "He aqui, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos?" Mateo 19:27
Además, aunque Pedro y Juan llegaron haser clasificados como "hombres obviamente sin educación y sin letras", esto no significaba que ellos  pertenecían a la clase ignorante y baja, sino que ellos no habian recibido la preparación especial escolar o rabínica. Viviendo en la "Galilea de las Naciones ", Pedro podía hablar en griego como en arameo nativo, aparte del hebreo.
Cuando los hombres que escogío Jesús se convirtieron en apóstoles, ninguno perdio la individualidad de su persona en la espiritualidad de su apostolado. Aun la inspiración que descansaba sobre ellos tomó parte en sus efectos de sus peculiaridades. Estos hombres llegaron hacer Apóstoles del Señor Jesús y tomaron las enseñanzas de su Maestro y las aplicaron en sus vidas diarias.  

martes, 30 de agosto de 2011

Los diferentes caracteres - Los Doce Apóstoles.

Los doce hombres que Cristo escogió se destinguían por grados visibles de diferencia y variedad de temperamento y disposición. Ninguno del grupo nos hace recordar de alguien más. Cada uno se distingue por su propio carácter.

Por ejemplo, Pedro es delantero y auto enérgico, pero Andrés, su hermano, se mantiene en el trasfondo y nunca es entrometido. Santiago, por el otro lado, es como un volcán, pero Natanael es como una alberca calmada de verano. Felipe siempre miraba antes de saltar, pero Pedro saltaba antes de mirar.
Algunos del grupo nacen para guiar, otros están contentos siendo guiados.

Estos doce hombres eran los que representaban en una cápsula a toda la raza humana, en donde hay gran variedad de carácter. A Dios le gusta la variedad, lo podemos ver en la naturaleza, como tambien entre los humanos.

La elección tambien fue prueba que Jesús está dispuesto y puede emplear  toda clase de dónes y toda clase de naturalezas en su servicio. Sin duda, si la elección hubiera sido la nuestra hubieramos dejado a varios de los doce, y escogidos a otros. En nuestra elección de líderes no hubieramos elegido  a un Andrés modesto  o aun Tomás melancólico, o a un inseguro Felipe. Pero Jesús, quien se presentó como el  Hijo del Hombre y conoce que es lo que está en el hombre, dio  lugar para todas las clases en su círculo interno de comunión y servicio. Todas las personalidades, ya sea visibles o borrosos, pueden ser moldeados por el Alfarero y ser convertidas en poderosas para derribar todo tipo de fortaleza.
Estudio:4