jueves, 15 de septiembre de 2011

Aceptando el llamado.

El Arcángel Gabriel, en la anunciación del nacimiento de Juan el Bautista, profetizó que él (Juan) apareció y realizó su ministerio en el espíritu y poder de Elías, que volveria a muchos de los hijos de Israel hacia el Señor su Dios. Pedro era uno entre los convertidos indirectos de Juan el Bautista, que estaba siendo preparado para el servicio del Señor Jesucristo a través de la influencia de Juan el Bautista. Andrés, el hermano menor de Pedro junto con otro galileos, fue quien bajó al valle del Jordán para oír el mensaje de arrepentimiento de Juan el Bautista y de la venida del Mesías. Cuando Cristo apareció, y Juan exclamó, "¡He aquí el Cordero de Dios!" Andrés y otro compañero le siguieron . Todo buen ortodoxo judío esperaba al Mesías que vendría, y Andrés, se emocionó de su descubrimiento del Cristo, y corrio a casa a darle las buenas noticias a Pedro. "Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo)." Juan 1:41. Y leemos, "Y (Juan) lo trajo (a Pedro) a Jesús," y el milagro sucedió: Yo lo ví, El me vio, y desde ese momento fuimos uno.

En cuanto Jesús miró a Simón, El supo que  éste era el hombre que iba a dirigir su iglesia, que El mismo iba  a edificar, que El iba a comprar con Su sangre, y le dijo  a Pedro, como lo pone Westcott trasliterando del griego, "Tú eres el hijo de Jonás, de aqui en adelante sera tú nombre Cefas, una roca, una piedra". Todo entonces, comenzó fresco para Pedro el día cuando su hermano Andrés lo introdujo a Jesús, y su introducción a Jesús, continuó con un llamado,  la decisión de seguirlo fue al comienzo de todo para bien y para algo grandioso para el esmerado pescador. La  declaracíon con la que Jesús saludó a Pedro fue una revelación y de profecía, "....Tú eres....Tú serás...." ¿Podemos ver la omnisciencia del Señor en esta situación? Aquí se encuentra una verdad que penetra hasta lo más profundo de la naturaleza de Pedro, y sabiduría que revela que Jesús no podía esperar de Pedro más de lo que Pedro le podía dar, pero también, una fe que una vez todos los ángulos de su caracter serían moldeados, entonces iba a ser un vaso de honra.
Pedro continuá hasta realizar la profecía que  Su Maestro le había echo ese día. La muerte del apóstol Pedro fue lenta y dolorosa  casi como la de Su Maestro. Pedro murio en Roma crucificado sobre una cruz. El pidio que lo crucificaran boca abajo para no morir el mismo tipo de muerte que su amado Señor.
Leer en Lucas 1:16,17